sábado, 29 de junio de 2013

Perdonar...


El Perdón...

El perdón es un mecanismo para que nuestro corazón sane de las heridas de 
nuestra alma, para que nuestra vida vaya en aumento, para que usted y yo podamos desarrollar este potencial que poseemos y que nadie nos puede quitar nunca.
El perdón no es un simple medio para liberar de culpa a quien nos ofendió, el perdón es un mecanismo para que yo sea libre de la amargura que dejó esa acción en mi corazón. Yo puedo decidir perdonar a alguien, que no está arrepentido de verdad de haberme dañado, por que mi intención al perdonar, no es que esa persona quede libre de culpa, si no que yo  libere  mi interior de  las  trabas y enfermedades  que  puede  causar el no  perdonar , que yo tenga paz, que yo pueda vivir en  armonía conmigo mismo.
Es muy importante saber, que el perdón no exime de culpa al ofensor, sino que libera al ofendido. Usted y yo necesitamos decidir perdonar, para ser libres de las heridas del alma.
También nosotros hemos lastimado a mucha gente, con intención ó sin ella, hemos herido profundamente el alma de nuestros seres queridos; hay que pedirles perdón. Las situaciones que recordamos en las que estamos conscientes que los hemos ofendido, necesitamos anotarlas, y debemos decirles: "perdóname"...


Para liberar y dejar atrás el pasado es preciso estar dispuestos a perdonar, aun cuando nos sepamos cómo hacerlo. Perdonar significa renunciar a nuestros sentimientos dolorosos y sencillamente dejar que lo que los provocó se marche. Un estado de no perdón efectivamente destruye algo dentro de nosotros. Tarde  o temprano ,  siempre descubras que el perdón es un asunto importante en cualquier momento, pero sobre todo cuando hay una enfermedad. Cuando estamos enfermos es preciso que observemos lo que nos rodea y veamos qué necesitamos perdonar.Generalmente sucede que aquella persona a la que pensamos que jamás vamos a perdonar es precisamente la que más necesitamos perdonar. No perdonar a una persona no le causa el menor daño a ella, pero a nosotros nos provoca estragos. El problema no es de ella. El problema es nuestro.
            Los rencores y heridas que nos duelen tienen mucho que ver con perdonarnos a nosotros mismos, no a otra persona. Afirma que estás totalmente dispuesto a perdonarte: “Estoy dispuesto a liberarme del pasado. Estoy dispuesto a perdonar a todos aquellos que alguna vez me hicieron daño, y me perdono por haber dañado a otros”. Si piensas en alguien que te hizo daño en algún momento de tu vida, bendice a esa persona con amor y liberarla Después, desecha el pensamiento.
            No deseo castigarme en el presente por lo que otras personas me hicieron en el pasado. Ahora puedo mirar hacia atrás y decir: “Ah, sí, eso es algo que sucedió”. Pero ya no vivo allí. Y no es lo mismo que justificar o excusar su comportamiento.
            Si te sientes estafado o timado por alguien, has de saber que nadie puede quitarte nada que sea tuyo por derecho. Si te pertenece, volverá a ti en el momento oportuno. Si algo no retorna, eso quiere decir que no había de volver. Acéptalo y continúa con tu vida.
            Para ser libre es preciso abandonar el resentimiento “que clama justicia” y superar los sentimientos de auto-compasión  Para tener poder es preciso estar con los pies apoyados en el suelo y asumir la responsabilidad.
            Tómate un momento, cierra los ojos e imagínate un hermoso riachuelo que pasa junto a ti. Coge la vieja experiencia dolorosa, la herida, la falta de perdón, y lánzalo todo al riachuelo. Observa cómo comienza a disolverse avanzando río abajo hasta que se disipa y desaparece totalmente. Haz esto lo más a menudo que puedas.
            Ha llegado el momento de la compasión y la curación. Entra en tu interior y comunícate con esa parte tuya que sabe curar. Eres increíblemente competente.
            Ojalá que pudiéramos comprender que todos nuestros supuestos problemas son sólo oportunidades para que crezcamos y cambiemos, y que la mayoría de ellos procede de las vibraciones que hemos estado emitiendo. Lo único que necesitamos hacer es cambiar nuestra forma de pensar, y estar dispuestos a disolver el rencor y a perdonar.

Louise Hay.

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